CUENTO DEL NIÑO FANTASMA EN RIO CHUGUAL



NIÑO FANTASMA EN RIO CHUGUAL

Hace mucho, pero mucho tiempo, en un paraje aislado de todo tipo de civilización, pero al mismo tiempo rodeado y envuelto en vegetación, situado en un tranquilo y agradable valle del Alto Chicama, a faldas de un gran cerro, se podía observar a lo lejos una manifestación, algo sin duda alguna sorprendente que era el “Paraíso Andino”-Coina, y cerca del cual surgía una pequeña población, bañada por las aguas del rio Chugual, afluente que se encontraba lleno de misterios y magia negra, pero que lastimosamente los pobladores tenían que concurrir debido a sus necesidades, pues carecían de sal, chancaca y querosene para sus lámparas, lamentablemente era un hecho fortuito lo que podría ocurrir por este desolado lugar.
Un día cualquiera, en época de invierno donde la lluvia desahoga sus más grandes tristezas, por las fechas de Enero y Febrero, la tarde se tornaba triste, se podía apreciar la batalla de las nubes que como cortinas impedían el paso del sol, todo estaba rodeado de una oscura y espesa neblina, que se expandían por doquier, nadie salía de sus casas, incluso las plantas se vestían de luto anunciando un hecho inesperado. Al parecer todo indicaba que sería una tarde espantosa.
El río sin descanso no paraba de correr, su hazaña parecía interminable, pero una señora no se atemorizo al enojo del torrente, quien con euforia logro atravesar, sin saber lo que después ocurriría.
Ya eran las 7 de la noche, el sol ya se había escondido y la luna no mostraba ni un solo rastro de su aparición, pero la señora Evangelina seguía avanzando, es entonces que escucho llorar a un niño, ella sorprendida miro a todos lados, pero en la penumbra de la noche solo alcanzó a ver algunas plantas de huairuro (donde se alojaban los espíritus del mal) y una gran roca que trataba de ocultar el delito, pero el ruido del niño era cada vez más fuerte, entonces Evangelina logro apreciar que el abatidor sonido emergía de un cumulo de matorrales, los cuales aparentaban ser enormes plantas que trataban de callar al niño, pero este sin consuelo alguno seguía gimiendo, cuando ella se acercó observo a un pequeño niño de aproximadamente dos años, completamente desnudo, viendo al pobre niño totalmente indefenso lo arropo con uno de sus pollerones, para luego cargarlo en su reboso y nuevamente cruzo el río pero esta vez con el niño en su espalda. Avanzaba  poco a poco, pero extrañamente sentía que el niño pesaba más, pero ella no lo tomaba importancia y seguía su sendero, cuando de repente el niño le dijo:
-          Ma, ma tengo frio
-          Evangelina un poco preocupada le decía: -están bien abrigado- pero ella notaba que el niño seguía pesando aún más.
-          Ma bájame, Ma bájame, Ma bájame
A la cuarta vez que el niño se quejó, Evangelina angustiada lo bajo y al verlo se aterrorizo ya que el indefenso niño que había recogido se había transformado en una criatura con cabeza de chivo y cuerpo de humano. El cual estando en el suelo le dijo:
-          Ma mira mis cuernitos.
-          Vete- le dijo asustada Evangelina, quien se marchó y se quedó completamente muda durante tres días

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